Cada vez es más frecuente
encontrarnos con niños a los cuales les cuesta mucho trabajo autorregular su
conducta e identificar las acciones tanto
positivas como negativas que llevan a cabo de forma regular así como con padres de familia que recurren a las instituciones educativas
para solicitar una asesoría con algún docente, psicólogo o especialista sobre
qué tienen que hacer y cómo para lograr que su hijo (a) no haga rabietas ante
un capricho, se frustre cuando no obtiene lo deseado o para evitar perder el
control ante respuestas inapropiadas por parte de los niños.
Ante estas situaciones debemos
empezar por identificar que los pequeños están en una etapa de reconocimiento, adaptación
y aprobación sobre las conductas que ejecutan día a día o dicho de otra forma se están dando cuenta si
lo que hacen y cómo lo hacen les permite obtener lo que desean en el momento solicitado.
Es por ello que saben que si realizando una berrinche obtienen al momento lo
que quieren lo siguen haciendo constantemente y cuándo no lo obtienen suben su
nivel de capricho llegando a límites extremos sin importar el lugar o las
personas con las que se encuentren.
Un niño debe ser educado
reconociendo que no siempre puede obtener ni todo lo deseado ni al momento y
menos si es de forma exigente y agresiva, que las acciones que hace positivas o negativas tendrán siempre una
consecuencia tanto para él como para las personas con las que se relacione y
que siempre hay momento límite para hacer o dejar de hacer cierta actividad.
Si por el contrario siempre que
pide se le da todo por miedo a sus enojos, o se desarrolla carente de acuerdos
y normas que le brinden estructura a su actuar va a crecer “feliz” creyendo que
todo lo merece y lo obtiene al momento de la forma (inapropiada) que sabe hacerlo
carente de responsabilidad alguna. Y a futuro son adolescentes, jóvenes o
adultos frustrados con las personas y con la vida al darse cuenta que las cosas
no eran cómo se las enseñaron…
Por tanto los límites deben
ponerse día con día en nuestra cotidianidad y van surgir de los hábitos que
tenemos dentro de nuestra organización familiar. Los niños conforme van creciendo
van asimilando las rutinas que hacen en casa y cómo las hacen. Los adultos por
su parte tenemos que aprender a identificar que ciertas acciones de los niños
son una expresión para dar respuesta a una necesidad interna que requiere ser
atendida la mayoría de las veces de manera afectiva.
Los límites no deben ser
traducidos como castigos, insultos, gritos ni mucho menos golpes…sino más bien como
acciones que sirven de frontera y que les ayude a darse cuenta hasta dónde
puede llegar su conducta en determinado momento.
Estos límites deben ser claros (con
un lenguaje sencillo y entendible) acordados de mutuo acuerdo padres e hijos,
concretos, sin cuestionamientos y consistentes (si toma una decisión la cumple
hasta el final).
Si su hijo crece con la certeza de lo qué son los límites, será un adulto responsable, autónomo y con gran fortaleza y destreza para enfrentar los desafíos de la vida de forma correcta.
Vea el siguiente vídeo y se le parece cercano a la realidad, esta a muy buen tiempo de actuar!!
Estoy completamente de acuerdo con Usted que hoy en día existe una urgencia por obtener apoyo de donde se pueda ante el constante descontrol conductual que presentan los niños; pienso que un error muy frecuente que cometemos la mayoría de los padres es el permitir los berrinches o cierto comportamiento negativo con el fin de que no nos evidencien en la calle o con la gente, el problema esta en que permitiéndolo una vez ya resulta muy normal para los niños., Es por eso que me parece de gran importancia fijar limites a tiempo ya que de no ser así los niños crecen como hijos manipuladores e incontrolables. Por ultimo le comento que la felicito por este articulo tan interesante atraves del cual nos muestra la importancia que tiene hacia nosotros como padres el tomar conciencia sobre la educación desde pequeñitos enseñando a distinguir lo bueno de lo malo así como lo permitido y lo prohibido con el único fin de que sean adultos responsables y respetuosos gracias. Mama de Juan Pablo y Emmanuel.
ResponderBorrarExcelente informacion para padres...
ResponderBorrarGracias..
Es difícil establecer limites cuando ni siquiera nosotros mismos los tenemos, hablamos sin pensar, actuamos impulsivamente, nos enojamos con facilidad y así continuaria una gran lista de los muchos ejemplos que inconsciente o conscientemente observan de nosotros, es por demás decirlo pero tan necesario e importante que pongamos mas atención en nuestro actuar para que nuestros pequeños sean mejores personas y mas felices.
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